Primero escuchamos que Oriath ha perdido su maldita cabeza, y luego tú apareces. No es necesario ser un erudito para conectar estos dos eventos.
No sé qué está ocurriendo ahí afuera, y probablemente tampoco lo entendería aunque lo viese con mis propios ojos. Lo que sí sé es lo siguiente. El mundo que conocimos… ha desparecido. Ahora tenemos que hacer lo que podamos para asegurarnos de no desaparecer con él. — Introducción |
Nessa… la vi una noche, corriendo hacia la Costa, en dirección a las Marismas Embarradas. La llamé… pero ni siquiera giró la cabeza. Quizás no podía escucharme, quizás no quería, no lo sé. Intenté correr detrás de ella, pero desapareció en la oscuridad al poco de que mis pies tocasen la arena.
Así que la rastreé, hasta las Marismas Embarradas, y ahí es donde sus huellas… simplemente pararon. Ninguna señal de haberse encontrado con nadie ni nada, ninguna señal de un forcejeo. Es como si estuviese corriendo y de repente… nada.
Mira, he oído hablar de algunas cosas, de cosas que has hecho. Cosas totalmente inverosímiles. Puedes hacerlo. Por favor, encuentra a Nessa. Tráela de vuelta con nosotros. — Nessa |
¿Has visto a Nessa? ¿Has hablado con ella? Eso es más de lo que yo me hubiese atrevido a soñar, a decir verdad.
Este… cambio… que está atravesando, esta maldición que el llamado “Rey del Mar” le ha impuesto… se puede romper. ¡Lo sé!
Debes seguir avanzando, sigue su rastro antes de que se enfríe. Atraviesa la Costa, el Cementerio de Barcos e incluso la Cueva de Merveil si es necesario.
Según entiendo, este Rey no es del tipo que se aventura lejos de su lecho salado. — Nessa |
Me pregunto cuánto pudo exprimir Lilly de esos refugiados de Oriath. Sí, arriesgó su vida y su barco para salvarlos, pero conozco a la Lilly desde hace años. Una maldita contrabandista y de las buenas, y Lilly nunca ha realizado una buena acción sin un buen beneficio a cambio. — Lilly |
La Prisión de Axiom ha estado bastante tranquila desde que te encargaste de su guardián. Me temo que ya no es el caso.
Shavronne de Umbra, la misma bruja que hizo de Brutus el hombre que era. No sé si es un fantasma, un espíritu o algún tipo de criatura no muerta de la que nunca he escuchado, pero se encuentra ahí arriba, jugueteando con sus artes oscuras y retorciendo la naturaleza alrededor de sus huesudos dedos.
Honestamente, no me importa la razón por la que ha vuelto o qué crueldad está preparando allí arriba. Es un furúnculo que necesita ser eliminado antes de que la infección se propague. — Shavronne de Umbra |
Buen trabajo despejando otra ruta hacia la Prisión de Axiom. Comienzo a pensar que las historias que he escuchado acerca de ti son ciertas. — Shavronne de Umbra |
¿El Cementerio de Barcos se encuentra bloqueado? Maldita sea… eso significa que ese bastardo Rey del Mar sabe que estás yendo a por Nessa.
En tal caso, tendrás que atravesar la Puerta del Prisionero, seguir las montañas, y continuar por el camino de vuelta al mar a través de las Cavernas de Merveil.
Por lo que parece, Nessa no se encuentra en condición de aventurarse lejos de la costa, así que debe encontrarse alrededor de ese lugar, en alguna parte. — El cementerio de barcos |
Si Nessa cree que puedes usar ese viejo trapo en forma de estandarte para levantar un barco fantasma, ¿quién soy yo para discutirlo? No necesito entender cómo volverá a nosotros, solo saber que puede lograrlo. — La bandera negra |
El Pasaje Sumergido… está inundado de nuevo y no hay ninguna señal de las conchas que utilizaste para vaciarlo.
Afortunadamente hay otra forma de llegar a la Prisión de Axiom y más allá, un camino que he atravesado yo mismo, a través de lo que una vez fue la Charca Fétida y luego a través del Risco que se encuentra encima de ella.
El problema es, que lo que sea que haya traído de vuelta a la vida a esos fantasmas Karui también ha sellado la entrada a la charca con un grandísimo tótem. — La fortaleza karui |
La Charca Fétida ha perdido su olor. Se ha lavado, como la lluvia de otoño, que le proporciona el único baño decente a Teópolis de todo el año.
Y parece ser que cuando limpias toda la porquería, debajo hay una fortaleza Karui. Probablemente construida por el propio Rey Kaom. Ahora es el hogar de… ni siquiera lo sé. Sobra decir que no me acerqué demasiado, pero parece que es grande, Karui, y que está realmente enfadado por algo. — La fortaleza karui |
¿Has matado al dios de la guerra Karui? ¿Puedes matar a un dios?
Mira, ni siquiera puedo comenzar a entender lo que has hecho. Bestel será capaz de transformar nuestra gratitud en palabras más dignas de una leyenda. Yo trabajaré con lo que conozco. Una sólida recompensa para una hazaña increíble. — Tukohama |
Tenía esperanzas de ver a Nessa otra vez, soñaba acerca de ello como un maldito niño que cree en los cuentos de hadas.
No, ya no es como nosotros, pero al menos tampoco es como Merveil. No puedo pasar por alto una compasión así. Quién sabe, quizás le vaya mejor de esta forma. Realmente no se puede decir que esto sea un verdadero hogar al que volver.
Mira, sé que has hecho lo que has podido, y por ello, siempre tendrás mi gratitud. — Nessa |
Con el camino hacia el Bosque Phreciano despejado de nuevo, caminé a través de los bosques, para ver si las rarezas que estamos viendo en la costa también están ocurriendo tierra adentro. Lo que vi casi me congeló el corazón.
Los animales de ahí, pobres miserables… infestados por algún tipo de parásito. Hasta donde vi, parecen termitas, pero se hunden dentro de la piel y la mente en vez de en la madera. Si estoy en lo correcto, habrá un nido en alguna parte, y una reina. Si puedes encontrarlo, destrúyelo. Esos parásitos no son algo que queramos ver por aquí cerca. — La titiritera |
¿Otro maldito dios, dices? Sí, eso parece. Una deidad primitiva para un tiempo primitivo, arrastrándose fuera de la tierra con la intención de esclavizarnos a todos con su maldita y horripilante descendencia.
Creo que todos podríamos vivir tranquilos sin dioses de ese tipo. Así que toma, llévate esto para el camino que te espera. Por cómo están yendo las cosas, va a ser un camino difícil. — La titiritera |
Esa reliquia Karui que llevas… parece familiar. Sí, he visto su gemelo incrustado dentro de ese tótem que custodia la entrada al hogar de Tukohama. Si fuese tú… y en este caso me alegra no serlo… intentaría devolver el ojo a donde pertenece. Es posible que no sirva de nada, pero creo que merece la pena intentarlo. — El ojo de la conquista |
Nunca he llegado a creer del todo las historias que contaba Lilly. No me convencían, esos sacrificios a la luna llena que ella y su calaña realizaban en mar abierto. Pero ahora, en vista de los hechos, estoy obligado a reconsiderar.
Si eso significara que Nessa fuese a quedar libre de la atención del Rey del Mar, quizás yo mismo me animaría a rebanar uno o dos cuellos de amotinadores. — El rey del mar |
¿Aquellos “nobles” tambaleándose ahí afuera en la orilla? Abandonaron Oriath para enfrentarse a una muerte sangrienta. Ratas huyendo de un barco hundiéndose. Parece ser que han aprendido la cruel realidad. No importa cuánto dinero tengas, no puedes librarte de la muerte cuando viene por ti.
Aun así, no puedo decir que se hayan dado cuenta. Siguen siendo los mismos bastardos carnívoros que siempre han sido. Solo que ahora son un poco más obvios para hacerlo. — El litoral crepuscular |
Tuve una vida antes de la Vigilancia de Lioneye. No era mucho para algunas personas, pero era lo suficientemente buena para mí.
Lilly y yo hacíamos contrabando de alcohol para mantener nuestros bolsillos llenos. Se nos daba bien. Hacíamos un buen equipo, por su mente ágil y mis nervios de acero, hasta el día en el que me dejó borracho y atado en el Embarcadero de la Penitencia. Para cuando los Guardias Negros desenvolvieron su regalo, ella ya estaba a medio camino de Trarthus.
Así es como terminé aquí. Sí, me molesta un poco mirarla, ¿pero qué derecho tengo yo de decidir dónde acaban los restos del naufragio? — La vida con Lilly |
Parece que Tukohama ha alzado una hueste desde esa otra vida en la que los Karui como tú creen. Me dan pena esos pobres bastardos, si soy honesto. Los Karui no han tenido una historia sencilla. Colonizados, esclavizados, usados como peones en muchas guerras, y ahora abusados en la muerte por su propio dios.
Por eso no sigo a ninguna deidad. Todas son igual de malas. — Apariciones karui |
Parece que Tukohama ha alzado una hueste desde esa otra vida en la que los Karui como tú creen. Me dan pena esos pobres bastardos, si soy honesto. Los Karui no han tenido una historia sencilla. Colonizados, esclavizados, usados como peones en muchas guerras, y ahora abusados en la muerte por su propio dios.
Por eso no sigo a ninguna deidad. Todas son igual de malas. — Apariciones karui |
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